miércoles, 20 de junio de 2007

Para no regalar la ciudad

Una nueva línea de subte está próxima a unir los barrios porteños de Retiro y Pompeya. El amarillo de sus carteles indica que la H será una letra más a las cinco que atraviesan con sus formaciones la Capital Federal. Pero hacia el sur de la ciudad, la idea de que el gobierno convierta a Metrovías en la empresa concesionaria hizo ruido a los vecinos, quienes comenzaron a organizarse y a hacerse cargo de si permitirían una nueva privatización en sus barrios-
La H en los prendedores identifica a “La Coordinadora por un subte público”, un colectivo de usuarios, vecinos y trabajadores subterráneos que luchan por lograr la gestión pública de la nueva línea. Con reuniones semanales, actividades en los barrios y plazas, volanteadas en estaciones y convocatorias continuas, la coordinadora no sólo tiene como objetivo el rechazo a la concesión a una empresa, sino que su fin es poner en discusión la posibilidad de una gestión pública, no privada, pero tampoco estatal. “¿Por qué dársela a Metrovías, si fue construida con nuestra plata por una inversión estatal?”, se pregunta Florencia Ríos, de la Coordinadora. “Metrovías no pondría un peso para administrar esta nueva línea. Proponemos que no sea una empresa estatal la que se encargue, al estilo de las que funcionaban antes de las privatizaciones con gestiones burocráticas, sino que sea una gestión que incluya a los trabajadores del subte y a los vecinos/usuarios de las comunas por las que va a pasar la línea”, argumenta Florencia el impulso a la autogestión.
A pesar de recibir subsidios de 200 millones de pesos anuales, las empresas concesionarias de los medios de transporte prestan servicios ineficientes a punto del colapso. En un 2007 electoral, la línea H no queda afuera de la disputa política por la cual la Ciudad y la Nación se autoadjudican la nueva infraestructura. Los vecinos y usuarios sostienen que la inversión con fondos públicos para la construcción es de 1.400 millones de pesos. No quieren regalar un nuevo medio a la privatización. No van a permitir que el modelo de prestación y concesión excluya la participación de la comunidad, de quienes sí viajan y viajarán a diario en subtes, colectivos y trenes. Buscando seguir los pasos de las más de 100 empresas autogestionadas de la Argentina, desde la Coordinadora están seguros que sí se puede, y que el servicio de un transporte ‘público’ nunca estará en mejores manos que en el colectivo de los trabajadores.

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